Childress hace un griego

El otro día leyendo el periódico me enteré de que el escolta norteamericano Josh Childress acaba de fichar por el Olympiakos griego, y la verdad es que la noticia me ha impresionado bastante. No es que Childress sea uno de los jugadores mediáticos de la NBA, pero es un jugador jóven y que ya tenía un sitio en la franquicia de Atlanta, y el hecho de que haya decidido emigrar al baloncesto europeo es cuanto menos sorprendente. En el equipo de El Pireo Childress va a cobrar una verdadera pasta por las tres temporadas que ha firmado, y se va a reunir con otros supercracks como Theodoros Papaloukas o el ex del Maccabi Halperin.

No nos engañemos, Childress ha fichado por el Olympiakos debido única y exclusivamente a la pasta: va a ser el jugador mejor pagado de Europa cobrando cerca de 13 millones de euros por tres temporadas. No obstante, hace tan solo unos pocos años era prácticamente impensable que un jugador norteamericano asentado en la NBA se decidiera a volar al viejo continente por mucho dinero que le ofrecieran. Ha habido bastantes casos en que viejas glorias han venido a pasar sus últimos momentos a Europa (Dominique Wilkins en el Panathinaikos o el gran George Gervin en el TDK Manresa), y los ejemplos de estadounidenses que no daban a la talla para la NBA y han acabado haciendo carrera en equipos europeos son innumerables.

Pero desde hace un par de años la NBA ha dejado de ser el zénit para la carrera deportiva de un baloncestista. En Europa no hay necesidad de hacer larguísimas giras recorriendo miles de kilómetros, no existe el desgaste de jugar prácticamente cuatro partidos a la semana, el ambiente urbano es más relajado para el deportista pero manteniendo el mismo nivel de exigencia y se cobra tanto o más que en Estados Unidos. Por eso ha habido muchos jugadores europeos que nunca se han dejado seducir por la historia y el encanto de la NBA a pesar de que han tenido la oportunidad de hacer las maletas, como por ejemplo Dejan Bodiroga o el mismo Papaloukas del que hemos hablado anteriormente.
Actualmente ya no es un deshonor para los estadounidenses jugar otra competición que no sea la NBA, y quizá en unos añitos el trasvase de jugadores sea tan fluido como el que hya actualmente de europeos al nuevo continente. Un dato más: el pívot estadounidense de Los Angeles Clippers Chris Kaman se acaba de nacionalizar alemán y va a disputar los JJOO de Pekín junto con Dirk Novitzki. Me diréis que no es nada nuevo esto de ver americanos nacionalizados (Shammond Williams es georgiano o J.R. Holden es ruso), pero lo diferenciador es que Kaman juega actualmente en la NBA, y el sentimiento patriótico de los americanos es muy fuerte, por lo que podemos esperar cualquier tipo de reacción. La cuestión es: ¿se acerca un nuevo panorama en el baloncesto?
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