Odio eterno al fútbol moderno

Tras varios meses sin inspiración para escribir nada congruente, aprecen nuestros queridos amigos de la LFP con la brillante idea de querer parar el fútbol, porque se niegan a emitir un partido en abierto, tal y como recuerdo yo desde que tengo consciencia.

Recuerdo que hace años, el partido de los sábados era a las 8 y por las autonómicas, entonces los que se quejaban eran los del sector hostelero, argumentando una reducción en las recaudaciones por la hora del partido, estoy seguro de que ahora ya no se quejan.

Lo que tiene más miga del asunto es que la liga le exige al Gobierno que se implique en el asunto, y es que el mismo Gobierno que permitió la conversión de los clubes en Sociedades Anónimas Deportivas, fue el que provocó el principio del fin del fútbol como lo conocíamos.

Antes de la conversión de los clubes en SAD, la deuda total de estos no llegaba a los 600 millones de euros(tirando por lo alto), pero es que en la actualidad la deuda global de primera y segunda división supera los 3600 millones de euros, y todo esto obviamente bajo el beneplácito de nuestro querido Gobierno.

Quiero decir con esto, que cuando a la LFP no le salen las cuentas lo más fácil es pedirle al papá Estado que le eche un cable. Por mí, el Señor Astiazarán y sus amiguitos estaban en la calle hace tiempo.

Y después de la crítica, os voy a poner un vídeo que me ha pasado mi colega Dani, que después de la mala hostia de los últimos días, he de reconocer que me ha alegrado la semana.
La verdad os lo recomiendo empecinadamente, me parece super original, y además es de fútbol...Estoy seguro de que a nuestros colaboradores y seguidores os va a encantar...

Odio Eterno al Fútbol Moderno
3 Responses
  1. Ivanhoe Says:

    El video me ha tocado la fibra...acojonante!


  2. Melo Says:

    Sabía que ibas a saber valorarlo!!!


  3. Que gran video, y que gran canción. Aún conservo bastantes cromos de los que salen en el video, y que recuerdos. Mendigando a mis padres todos los dias para conseguir 25 miseras pesetas y poder comprar un sobre nuevo, e intercambiandolos uno a uno hasta acabar la maldita colección. Ay que tiempos aquellos.