Mi primera maratón (Parte 2)

Como os prometí la semana pasada, continuo con el relato de la maratón. Aquí os dejo la segunda parte, espero que os guste!

LA CARRERA

Por fin había llegado el día, tras seis meses de entrenamiento autodidacta, seis meses de anotar tiempos y mejorar referencias, era el momento, debía salir a la calle y hacerme la bilbao-bilbao como un campeón.
Para no fallar a mis hábitos me levanté pronto, desayuné tres tostadas y fui hacia el metro.
Por desgracia había obras en algún tramo y se retrasó 17 minutos. Exactamente el cuarto de hora que tenía pensado para calentar y estirar. Me empecé a poner nervioso ¿Y si al final no podría tomar la salida? ¿Y si llegaba tarde?
Al salir del metro ya había empezado la carrera, presenté los papeles de la inscripción, dejé la mochila, me puse el dorsal lo más rápidamente posible y salí con dos minutos de retraso.
Me quería morir de la vergüenza, la salida estaba llena de gente y marchar por allí en solitario hacía pensar a todo el mundo que era un megapardillo que se había descolgado en el km0. Eso me hacía correr más rápido para unirme con el pelotón y desaparecer entre la multitud. Al kilómetro y medio ya había enganchado con el grupo. Primer sprint para empezar y yo sin calentar, la cosa ya andaba desbocada...

A pesar de todo me encontraba bien, hice los primeros 10 km en 48 min, al pasar por el kilómetro 21 me encontraba ya en 1h 42min. Estaba haciendo unos tiempos realmente buenos y no sentía cansancio. Tenía la cosa de que en algún momento iba a reventar cual burbuja inmobiliaria pero la verdad es que no sabía correr más despacio, tenía mi marcha de crucero y a ese ritmo iba a seguir.
En el km 23 me llevé el primer aviso, en un avituallamiento líquido cogí agua y una esponja. Después de beber noté como el grupo con el que llevaba desde el km10 se había distanciado un pelín. Traté de acelerar para cogerles de nuevo pero por alguna razón me di cuenta que no podía acelerar, tampoco frenar. Era una 'pájara' y decidí ponerme a tope de azúcar en el siguiente avituallamiento. Del km 23 al 26 anduve flojo, me empezó a pasar la gente y me vino a la cabeza Sugar Town de Nancy Sinatra. Y os aseguro que correr un rato con esa mariconada en la cabeza añade un punto de dureza a una prueba como esta. Afortunadamente fue tomar Acuarius, agua y glucosa que me dio un tipo que también iba corriendo y me repuse, volví a adelantar a quienes me habían pasado y el ritmo era bueno otra vez.
La alarma me había sonado pero mis piernas volvían a responder, dosifiqué, miré el reloj y descubrí que estaba en un tiempo asombroso de cara a afrontar el km 30.

A partir de aquí no se el momento exacto, pero hubo un momento en el que me dio un golpe de calor, me golpeé contra el muro y os juro que se me empezó a ir la olla de una manera bestial.
Una de las cosas que más me preocupaban de cara a la maratón era el tiempo. Justo tocó un día caluroso y mientras la gente aprovechaba para irse a la playa, yo empezaba a dudar que mi plan de correr una maratón fuera el mejor plan para un domingo.
No se qué temperatura habría exactamente pero a la sombra el termómetro daba 25º así que calculo que al sol tendríamos unos 28º. Ideal para el desfallecimiento.
Sobre el km32 noté que si estiraba los brazos me llevaba un calambrazo, si trataba de ir más despacio o acelerar, calambrazo. Obvia decir que las piernas me dolían bastante y pedían a gritos parar. Si trataba de poner la espalda recta las lumbares me molestaban. El estómago lo tenía revuelto, por más que le daba de beber me pedía comida y para colmo de males la cabeza me dolía muchísimo, un dolor intenso que en vez de aplacarse iba a más.

En el km38 reflexioné sobre la situación y en ese momento tenía ganas de llorar de auténtico sufrimiento.
Empecé a perder el ritmo y me pasaba todo el mundo. Me daba igual, sólo quería llegar a meta y sabía que si me paraba a descansar no volvería a correr así que hice de tripas corazón y mantuve el paso. En el 38 era INACEPTABLE rendirse.

Y a pesar de todas las cosas que podría haber recordado a la hora de motivarme como por ejemplo, los ánimos de quienes me conocen, el empuje de Rafa Nadal ante un partido perdido, el triunfo en la derrota o el entrenamiento que me había llevado hasta aquí. A pesar de todo ello lo que más me animó para seguir adelante fue recordar un documental que había visto acerca de un niño hindú de cinco años que se había recorrido 62km en 7 horas. Fue recordarlo y decir 'A mi un puto niño no me gana'.

Que no que no, que a mi este niño no me gana.

Y con esas motivaciones tan cavernarias seguí paso a paso hasta cruzar la línea de meta.
3:52:44 Un buen tiempo para ser mi primera maratón pero unas sensaciones horribles en el cuerpo.

CONCLUSIONES

Ahora que me pongo a escribir estas líneas debo decir que no se bien cómo encararlo. He sacado muchas conclusiones de todo esto pero no sabría cómo expresarlas.
Por un lado creo que no ha merecido la pena; ha sido demasiado entrenamiento, demasiados madrugones para cumplir mi objetivo. Pero ¿A qué precio?
Normalmente cuando corría otras carreras de 10 o 20 km mis sensaciones al llegar a la meta eran de auténtica euforia: ver el tiempo que había marcado, la posición en la carrera, notar que llegaba entero y que mejoraba me hacían no notar cansancio. Esta vez no sentí alegría al cruzar la meta, sentí alivio por dejar de correr. No me noté fuerte, me noté totalmente vencido por la prueba, vapuleado. Tengo la sensación de haber perdido, de recibir una dosis de realidad bien fuerte que me ha hecho besar la lona totalmente K.O. La gente me dice que debería sentirme orgulloso, que una persona normal no es capaz de levantarse de la silla y ponerse a correr cuatro horas. Es cierto, pero la verdad es que imaginaba otras sensaciones. Debo confesaros que pasé un domingo horrible tras la carrera, me dolía todo el cuerpo y no me divertí nada haciendo la prueba.

Por eso mismo creo que hay maneras de sentirse más orgulloso de uno mismo sin hacer tanto esfuerzo. Me vienen a la cabeza días como aquel en que metí un gol en la final del torneo del colegio, o el primer sueldo que gané con mi propio negocio o incluso el día que me pasé el Aero Fighters 2 con cinco duros y sobre todo el ver que finde tras finde son muchas las personas que llaman a mi teléfono preguntando qué plan tengo. Son otras cosas mucho más pequeñas pero que me son mucho más satisfactorias.

Junto a Davo, esta si que fue una gran gesta.


También tengo bien claro que todo esto no es bueno para la salud, basta con mirar a los profesionales. Lejos de parecer personas fornidas más bien parecen judíos recién salidos de Mauthausen y es que someter al cuerpo a estos esfuerzos tiene que pasar factura. Estoy seguro.

Otro que también se lo pasa de putifa haciendo maratones.

Por otra parte y mirando las cosas positivas, porque no todo ha sido malo, puedo decir que gracias a esta preparación me he conocido mucho mejor a mi mismo, descubierto lo que es hacer un esfuerzo hasta el límite, he conocido cómo se organiza un evento de este tipo, he comprobado una vez mas que si me propongo algo puedo conseguirlo, mi autoestima ha subido bastantes puntos (que ya es decir) y estoy en una forma física envidiable. Me miro al espejo, veo el cuerpo que he conseguido y sonrío. A la larga todo esto dará sus frutos, de eso también estoy seguro.

Por último no quiero desmitificar una maratón, ni tratar de dar una charla sobre motivación o autosuperación personal. Simplemente os quiero contar con todo esto que si tenéis una idea en la cabeza y tras haberlo reflexionado un tiempo seguís creyendo poder hacerlo, hacedlo.
Hacedlo con todas vuestras ganas sin importar que otros no confíen en vuestras posibilidades o que se rían de ti. Sal ahí fuera y demuéstrate a ti mismo lo que vales. El primero que se sorprenderá eres tú.

6 Responses
  1. Anónimo Says:

    Enhorabuena.
    Soy un compi de la uni de Marcos. Os sigo desde hace un tiempo y me parece un blog necesario. Divertido. Me ha sorprendido estas confesiones.
    Mi historia con la maratón era igual que la tuya hasta el dolor en la rodilla. Y ahí terminó mi historia. Sé que antes o después la haré.
    Lo dicho, que me alegro de que hayas sacado conclusiones.
    No me he pasado el aerofight.
    Abrazo, oscar.


  2. Yakito Says:

    Muchas gracias Oscar, con comentarios como el tuyo me hace pensar que al final si que ha merecido la pena y la verdad es que con el tiempo me voy dando cuenta que toda esta historia ha sido muy bonita.

    Ánimo con tu maratón y recuerda que si un niño puede hacer 60km en 7 horas tu no vas a ser menos ;)

    Un abrazo, y de nuevo muchas gracias.


  3. Trave Says:

    Yo también tengo bastante claro que todo esto no es bueno para la salud. Tengo un conocido que se preparó para la media maratón y estaba fatal, si llega a ser la entera... :)

    Al margen de esto, urge una entrada sobre la vida y obra de Gorka Arrinda. Sabía que era un pijo representante de futbolistas pero no de su papel en el Bilbao Basket... y que fue el speaker de La Casilla!


  4. Yakito Says:

    Sobre lo de Gorka Arrinda que se encargue Mark, que es el que sabe de baloncesto. Por mi parte ni idea de quién ese tipo, le veo en la tele y pienso 'este tiene pinta de haber llevado una buena vida'.
    Por cierto, el otro día Mark se curró un video espectacular del Bilbao Basket.
    http://www.youtube.com/watch?v=7DNVjMYL5WY


  5. Ivanhoe Says:

    Joder Iñaki, para mi eres un crack..me ha molado un montón leer la historia!! JUGON!


  6. Irune Says:

    Enhorabuena x todo tu esfuerzo, eres el ejemplo deq si kieres puedes, y q no hay q rendirse digan loq digan. Zorionak!!!
    P.D: soy Irune!!