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Maratones urbanas

Hace poco me vi la película 'Corredor de fondo', el título original es 'Run fatboy run' (Corre gordito, corre) dirigida por David Schwimmer.



Recomiendo desde aquí el filme a todos los amantes del deporte, es una peli de risa, que no es ni de lejos mi temática favorita pero me gustó el particular sentido del humor y la sensación de alegría y superación que me dejó el filme.
Gracias a la cinta aprendí cierta jerga maratonil como 'golpearse contra el muro' o curiosidades acerca de la maratón de londres, que es sobre la que va la peli y esto me llevó a documentarme un poco sobre esta maratón.

Lo primero que me llamó la atención es que esta maratón forma parte de la world marathon majors que es una competición entre las cinco grandes maratones urbanas, compuestas por Nueva York, Berlín, Chicago y Boston, además de Londres.
Quizá de estas la más famosa sea la de Nueva York ya que como allí se ruedan más películas que en el resto de ciudades podemos ver referencias a esta carrera a menudo. Por ejemplo Barney Stinson la corrió en Como conocí a vuestra madre.

Sería el LOL que ganara alguna vez alguno de estos que va disfrazado.

Pero volviendo a la carrera londinense quería destacar que es la única en la que para participar sin ser profesional debes hacerlo por una causa benéfica. Es decir, para que te den dorsal si eres un aficionado debes donar unas 1.500 libras a una causa benéfica o bien participar en un sorteo de dorsales entre los que estén inscritos y no hayan ingresado fondos. La opción de la lotería es bastante difícil puesto que siempre hay muchos más participantes que dorsales.

La disfunción eréctil también es una causa por la que correr.

Y esto es lo que he aprendido de las maratones, a decir verdad lo único que conocía es que se recorren 42 kilómetros y que el nombre viene de una llanura a 42 kilómetros de Atenas en la que se libró una batalla y un tipo tuvo que ir corriendo a informar del resultado.
Bueno, eso y que en diciembre se recorre una maratón por Vallecas, que aparece todos los años en las noticias deportivas porque en esas fechas no hay nada que contar...

En fin, las maratones una prueba de auténtica resistencia tanto física como mental puesto que no es sólo correr hacia adelante como un idiota, debes tener la entereza suficiente como para seguir hasta la extenuación durante unas cuantas horas.
Todo esto me ha picado y me apetece comprobar si sería capaz de hacer una maratón ¿Alguien se apuntaría a la 'I Maratón Putofutbol'?

El mentirosillo de 'El Pardo'

El viernes pasado en Callejeros hablaron sobre el barrio de 'El Pardo'. Para quienes al igual que yo no conozcan de nada este lugar les diré que el Pardo es un barrio de unas 16.000 hectáreas junto al palacio de la Zarzuela en madrid. Por lo que explicaron también tiene su propio palacio real en el que se hospedan las visitas de otros jefes de estado. Vamos, que si Obama viene a españa le alojan en ahí.
Una de las cosas que más me sorprendieron es que este barrio está practicamente en mitad del centro de madrid y apenas está edificado conservando un enorme bosque mediterraneo, con cantidad de especies amenazadas. Imagino que ayuda bastante a conservar las vistas el hecho de que el Rey viva al lado.
Este lugar en su día albergaba a militares y personal al servicio de Franco, de ahí que tenga ese aire tan rancio y viejuno.

Y ahora es cuando os diréis ¿Y qué tiene que ver esto con el fútbol?

En una de las entrevistas a los habitantes de el Pardo un hombre sacó pecho sobre la barra de un bar y dijo que había sido futbolista, que el peor equipo en el que había jugado fue el Boca Juniors. Ese detalle hizo saltar mis futboleras alarmas y escuché con atención; del Boca pasó a la Fiorentina, también jugó en Independiente de Avellaneda y terminó su carrera en el Cosmos de los estados unidos. Era amigo de Pelé, de Beckembauer y para colmo había rodado una peli con Stallone. Todo esto aderezado con diversos cortes suyos cantando una copla.
Entonces me dije ¿Quién coño tiene ese currículum futbolero y encima ha rodado evasión o victoria?
Abramos una investigación y estad atentos al minuto 4:30 donde nuestro protagonista hace su aparición.

'He jugado con Pelé, Bekembaiwerl...'

Victory fue rodada en 1981 y por el aspecto del señor si que me cuadra que hubiera podido ser futbolista en aquella época. Hablaba un perfecto castellano y el único hispanoparlante de la cinta era Osvaldo Ardiles, como que no.

Otros futbolistas que aparecen son Pelé y Bobby Moore, y entre que uno es negro y el otro ha fallecido la cosa está difícil. El resto de futbolistas son:
John Wark, Kazimierz Deyna, Soren Lindsted, Paul Van Himst, Werner Roth, Mike Summerbee, Hallvar Thoresen, Russel Osman, Kevin 'O Callaghan, Co Prins, Laurie Sivell, Robin Turner, Kevin Beattie y Paul Cooper.


John Wark jamás ha salido de la Premier y además ahora está calvo así que lo tachamos.
El polaco Kazimierz Deyna ha jugado en polonia, inglaterra y estados unidos. Otro que tampoco.
De Soren Lindsted encontramos poco así que no lo descartamos.
Paul Van Himst apenas ha salido de su bélgica natal...
Werner Roth coincidió en el New York Cosmos con Pelé y Beckembauer pero como futbolista fue una estrella del fútbol en américa. Europa ni la pisó. Aún así le dejamos como un posible candidato.
Mike Summerbee no tuvo una carrera tan prolífica como la que nos cuenta nuestro enigmático protagonista.
Hallvar Thoresen vivió entre holanda y noruega.
Russell Osman estuvo toda su carrera en el fútbol inglés.
Kevin O'Callaghan se agarró una cogorza en un pub irlandés y a pesar de ser lateral izquierdo actuó como portero en evasión o victoria.
Co Prins estuvo por bastantes equipos, el más importante el Ajax.
La wikipedia afirma que Laurie Sivell también hizo de portero en evasión o victoria, así que ya me explicaréis de que jugó Kevin O'Callaghan.
Robin Turner anduvo por inglaterra y poco más nos dice google sobre él, es mas lo confunde con la actriz Robin Tunney, actriz que está bastante buena y aparece en 'el mentalista', 'prison break' y el capi piloto de House dando clase a unos niños, entre otras cosas.
Kevin Beattie tampoco es, toda su carrera en las islas. En el filme hizo de doble de Michael Caine.
Paul Cooper fue otro portero que hizo de doble de Stallone, ahora mismo vive con su mujer en tenerife. Y tenerife no es el Pardo.

En resumen, que la mayoría de los futbolistas son ingleses y han jugado en el Ipswich town, equipo que por aquella época era de los punteros de europa.


A todo esto decir que me parece genial que en su día Stallone decidiera hacer una peli sobre fútbol.

De los que nos quedan tenemos a Soren Lindsted del que ni puta idea y Werner Roth que aunque estuvo con Pelé y Beckembauer dista mucho de tener la megacarrera que nos cuenta el tipo este.
Vamos que el tipo este es un mentirosillo que vió la cámara de cuatro y se le iluminó la existencia lanzándose al embuste como si nadie se fuera a dar cuenta.

En fin Rafael Cruz, que se pilla antes al mentiroso que al cojo. Quizá fuiste un futbolista importante en argentina pero lo de que has rodado evasión o victoria es pegarse un piscinazo importante y fácilmente comprobable.

LA TRINITY GREAT COURT RUN

Seguro que todos o casi todos habéis visto en alguna ocasión la película "Carros de fuego". Película ya mítica por su excelente banda sonora, su vestuario y sus evocadoras imágenes de los jóvenes atletas corriendo descalzos sobre la arena de la playa, "Carros de fuego" está basada en la vida real, en la experiencia de dos atletas británicos en los Juegos Olímpicos de Paris de 1924 (en los que se dio a conocer un nadador conocido como Johnny Weismuller). Pero, como en todas las películas, la verosimilitud de los hechos contados no siempre se ajusta totalmente a la realidad.

Una de las escenas que más me gustan -y que quizás recordéis- es aquella en la que Harold Abarahams reta a su amigo y atleta Lord Andrew Lindsey a una carrera por el patio interior del Trinity College de Cambridge. El desafío consiste en completar el recorrido antes de que suenen las 12 campanadas del mediodía marcadas por el campanario situado en el reloj de la torre, la salida se da con la primera campanada y debe darse la vuelta completa antes de que suene la última, en una distancia conocida tradicionalmente como de 188 pasos; en la película vemos cómo Abrahams consigue realizar la hazaña mientras que su amigo llega ligeramente más retrasado. Sin embargo, los hechos no ocurrieron realmente así: fue otro hombre el que puso su nombre en la historia de Cambridge.
A partir del 6:06 podemos ver la carrera

Harold Abrahams se había retado con otro corredor pero ni siquiera en Trinity, sino en un patio de Caius, pero el decano no dio su permiso y la prueba hubo de suspenderse. Fue otro alumno -Lord Burghley- quien en su ultimo año en Cambridge en 1927 se dispuso a dar la vuelta a los 367 metros de circunferencia (46 segundos) del Great Court del Trinity College antes de oir la última campanada. Lo consiguió y con ello puso su nombre con letras de oro en la historia de Trinity y Cambridge. Posteriormente Lord Burghley, marqués de Exeter, también se hizo un nombre en el atletismo internacional consiguiendo la medalla de oro para Gran Bretaña en los 400 metros vallas en Amsterdam, en 1928. Al finalizar su carrera deportiva, Lord Burghley asumió la presidencia de la Asociación Internacional de Atletismo durante nada menos que 30 años, hasta poco antes de su muerte.

El recorrido al Great Court del Trinity College es ya una carrera mítica por derecho propio. En 1988 dos iconos del atletismo como Sebastian Coe y Steve Cram reprodujeron la célebre carrera con el objetivo de recaudar fondos para fines benéficos. Ataviado con ropa deportiva de época, Coe completó la distancia en 45.52 segundos con Cram prácticamente a su par, finalizando ambos antes de sonar la última campanada e igualando la proeza que Lord Burghley realizó 61 años antes.


Corrida por primera vez por Thomas Nevile a principios del siglo diecisiete, en la acutalidad la Great Court Run sigue realizándose anualmente en el día de la cena de matriculación. La longitud de la distancia a recorrer ha ido variando durante los años e igualmente la velocidad a la que pasan las campanadas varía debido a que el mecanismo con el que funciona el campanario depende de la resistencia del aire y por lo tanto de su densidad. La diferencia puede llegar a ser de hasta un 15 % o unos 6 segundos, por lo que son los corredores que realizan la prueba en primavera los que tienen más posibilidades de completar el recorrido.

UN DOMINGO CUALQUIERA

"Un domingo cualquiera vas a ganar o vas a perder. Pero la pregunta es: ¿puedes hacerlo como un hombre?". Este es el mantra que se repite una y otra vez Tony D´Amato, el legendario entrenador que hizo campeones a los Miami Sharks, pero que ahora está de vuelta de todo intentando sacar a flote a un equipo que se desintegra por la lucha de egos entre sus jugadores, y que para más inri ve como su quarterback titular y alma del equipo, Jack Rooney, se lesiona poco antes de los playoffs. Su sustituto será el reserva tercero Willie Beamen, un jugador talentoso pero al que le costará digerir el repentino peso de la fama.

Si de algo saben en Estados Unidos es del espectáculo, y de cómo venderlo. Por lo tanto, no era difícil pensar que tarde o temprano la mayor industria del entretenimiento, Hollywood, hiciera una película sobre el deporte americano más espectacular, el football, y dirigida nada más y nada menos que por Oliver Stone. En medio de un reparto lleno de estrellas, el principal y único protagonista es el football: hay personajes que están muriendo por él, otros están sacrificando sus mejores años por él, algunos están aprovechándose de él antes de que acabe con ellos. La película comienza con una frase de Vince Lombardi, mítico entrenador de los Green Bay Packers, a los que llevó a alzarse cinco veces con el trofeo de campeón, que ahora lleva su nombre: "Creo firmemente que el mejor instante del hombre, la mayor satisfacción de todo lo que ha querido es cuando ha entregado su corazón a una buena causa y yace exhausto en el campo de batalla, victorioso". Y esa es la idea principal que recorre todo el argumento, más allá de los lujos, las fiestas, los contratos publicitarios y la fama, cuando un jugador salta al field y mira a sus diez compañeros, no puede dudar de si le van a responder, y tampoco puede permitirse no estar a su misma altura. Esas son las sensaciones que alimentan el juego. Por eso cuando Jack "Cap" Rooney, el quarterback al que interpreta Dennis Quaid cae con la espalda rota después de un feroz placaje, intenta contener el dolor con todas sus fuerzas, incluso arrancando la tierra y la hierba del terreno de juego con sus manos, y se resiste a salir del campo en camilla simplemente porque sabe que su actitud no es sólo un gesto de cara a la galería para los aficionados, sino también un ejemplo para el resto de sus compañeros. Pero Oliver Stone no va a mostrar ni mucho menos una versión edulcorada y poética del fútbol, aparte del esfuerzo y la superación personal también hay mucho de egoísmo e individualismo. Así, cuando el quarterback suplente que encarna Jamie Foxx cambia el libro de jugadas por su cuenta, D´Amato está furioso porque está faltando al respeto a mucha gente con ello, mientras que uno de los receptores anda mosqueado porque si no llega a las 3.000 yardas no conseguirá su anuncio de Reebok.

Los Packers de Lombardi ganaron en 1968 una final contra los Cowboys disputada a 24 grados bajo cero, conocidacomo la "Ice Bowl"

Una gran parte del metraje de la película se desarrolla dentro del terreno de juego, por lo que hay muchos comentarios y jerga técnica. Oiréis que tal linebacker ya lleva dos sacks en el partido, que un equipo está en tercera y ocho o que ha realizado un fumble, pero aunque no sepáis donde está la linea de scrimmage o qué es un audible, no os desaniméis, ya que el juego se sigue bastante bien. Eso sí,no intentéis comprender muy bien las estrategias porque el libro de jugadas de cualquier equipo es más enrevesado que el mapa del metro de Tokio. Yo a duras penas he conseguido entender lo que es un blitz... Y es que el fútbol americano es pura estrategia, y todos los cambios e innovaciones se utilizan para potenciarla, por ello el quarterback del equipo lleva dentro del casco un auricular con comunicación directa con el entrenador y el coordinador de ataque, eso es algo que me entusiasma del football, mientras que otros deportes se aferran a la tradición como si con las nuevas tecnologías fueran a perder parte de su espíritu, aquí el deporte va cambiando con los tiempos, siendo las innovaciones técnicas las que se adaptan al juego. Se dice que en Texas todo es más grande, y en el football sucede lo mismo, todo lo que le rodea es superlativo. Cuando Rooney se lesiona, Beamen es llamado al juego sorpresivamente mientras lee el periódico, ya que siendo el tercer reserva en una pkantilla de 45 jugadores es complicado estar atento al desarrollo del partido. Es un don nadie, su entrenador ni siquiera conoce su nombre, pero en un segundo pasa del anonimato al centro del mundo. En el huddle con sus compañeros, se demuestra que no conoce el libro de jugadas de los Sharks, sus compañeros le presionan para que marque la acción, mientras el entrenador le apremia desde la banda y el coordi nador de ataque se comunica desde el palco con él a través del inalámbrico. La exigencia es máxima y el ritmo infernal.

En las películas deportivas es normal y hasta esperado que antiguas viejas glorias del deporte hagan pequeñas apariciones como un guiño al espectador. En "Un domingo cualquiera" podemos estar contentos, ya que los deportistas que aparecen son futbolistas de primer nivel y además actúan bien. El papel del coordinador defensivo de los Sharks, Montezuma Monroe, recae en el histórico running back de los Cleveland Browns, Jim Brown, posiblemente el mejor futbolista de la historia. Jim Brown, tras su exitosa etapa profesional saltó al mundo del cine con la misma intensidad y el mismo éxito, pudiendo verle en films como "Doce del Patíbulo", "Estación Polar Zebra", "Mars Attacks" o "Una mala jugada". En la película que nos ocupa es, como decimos, el encargado de entrenar a los defensores del equipo de Miami, aunque ya está cansado del deporte profesional y desea entrenar en una universidad, donde los jugadores todavía no estén corrompidos y se esté a tiempo de hacer algo con ellos. Suya es una de las frases que más recuerdo; cuando está dando indicaciones a voz en grito a sus jugadores, uno de ellos le interpela "tranquilo entrenador, le va a dar un ataque", a lo que él responde: "a mí no me dan ataques, gilipollas, los doy yo".
La otra cara conocida del football es más reciente, se trata del antiguo linebacker de los NY Giants, Lawrence Taylor. Es uno de los pocos jugadores defensivos en la historia que han conseguido alzarse con el título de mejor jugador de la NFL, un hombre que cambió las defensas en la liga y le dio un nuevo giro al deporte, sólo hay que decir que en sus momento estableció la segunda mejor marca de la historie en número de sacks (el sack es una de las jugadas más difíciles y apreciadas en el fútbol americano, se trata de placar al quarterback rival antes de que consiga pasar el balón). En la película interpreta al linebacker de los Sharks, Luther Lavay, uno de los más grande pero que ha sufrido varias conmociones cerebrales en los últimos meses pero se resiste a dejar de jugar. Al igual que sucede con el personaje de Dennis Quaid, es uno de los pilares del equipo pero ve cerca el final ya que la vorágine del fútbol americano amenaza con dejarle por el camino.
"LT" haciendo uno de sus temibles sacks

El personaje de Jamie Foxx quizás no es el más importante ni el más carismático, pero sí es sobre el que recae el peso de la película y el que personifica los valores que Stone quiere mostrar. Willie Beamen no es un mal chico, pero malas experiencias pasadas y los focos de la fama le han cegado y le han hecho perder la perspectiva, casi sin darse cuenta se ve de frente con un grupo de jugadores que han perdido la confianza en él y por el que no están dispuestos a dejarse la piel ni mucho menos. Tendrán que ser los veteranos y el entrenador los que le recuerden que el futbol tiene que ver con bastante más que con ganar, y que más allá de los días de hombreras y victorias, un hombre tiene que sentirse orgulloso del conjunto de su vida.



El discurso final en los vestuarios

Unid a todo esto un estilo de montaje muy acorde al dinamismo del football, una banda sonora de calidad y muy variada, y tendréis una película que merece la pena ver, si sois seguidores del fútbol americano os va a gustar, y si nunca habéis visto un partido de la NFL seguro que sentís un poco de curiosidad después. Termino con otra frase de Vince lombardi: "Ganar no lo es todo, esforzarse para ganar sí".