BERGKAMP, EN LO MÁS ALTO CON LOS PIES EN LA TIERRA
miércoles, abril 21, 2010
En estos últimos días ha sido noticia el caos en los medios de transporte provocado por las secuelas del volcán islandés Eyjafjalla, conllevando el cierre de un gran número de aeropuertos en todo el mundo. En mundo del deporte, por ejemplo, se ha tenido que suspender el Gran Premio de Japón de motociclismo y ha obligado a buscar otras alternativas de viaje a numerosos clubs deportivos, como el FC Barcelona o el Liverpool.
Si hay una persona a la que poco le habría trastocado los planes el cierre de los aeropuertos, esa sería el holandés Dennis Bergkamp. Si por algo era conocido -además de por su genialidad con el balón en los piés- es por su gran fobia a los aviones. Habitualmente solía perderse los partidos europeos de sus clubes para no viajar en avión e incluso con motivo del mundial USA'94 partió días antes que sus compañeros de selección para llegar al nuevo continente en barco. Lo que quizás no sea tan conocido es el motivo por el que Bergkamp tiene ese pánico a despegar los pies del suelo.
Según los especialistas el miedo a volar puede estar causado por tres factores: haber vivido una experiencia traumática a bordo, interiorizar demasiado las informaciones periodísticas sobre casos parecidos o el formar parte de una familia aprensiva donde el volar ha sido tomado como un modelo de peligro y riesgo. En el caso de Dennis Bergkamp, al poco de llegar al primer equipo del Ajax, fue testigo cercano de una tragedia que seguramente se le quedó grabada en la memoria para siempre.
A finales de la temporada 1988-89, se iba a celebrar en Surinam un encuentro amistoso entre Holanda y la antigua colonia neerlandesa. Desde los Países Bajos estaba previsto que la mayoría de los jugadores de origen surinamés que disputaban la Eredivisie viajaran al partido, aunque a última hora algunos como Frank Rijkaard o Ruud Gullit declinaron la propuesta para centrarse en los partidos del Milan; de la misma manera compañeros de Bergkamp en el Ajax como Aaron Winter o Brian Roy tampoco viajaron, aunque sí lo hizo Lloyd Doesburg, veterano guardameta de los ajacied. Debido a la espesa niebla en la madrugada del 7 de junio de 1989 el avión tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia, estrellándose contra varios árboles y falleciendo todos los integrantes de la expedición menos uno de los futbolistas: Sigi Lens del Fortuna Sittard (el nombre de su club "Fortuna" fue providencial ya que otro compañero suyo se libró del accidente al negarse a viajar a última hora por discrepancias con el cuerpo técnico).
Debido a la tragedia, la psicosis se apoderó del deporte holandés y varias delegaciones de combinados holandeses que debían tomar vuelos suspendieron sus respectivos viajes para sustituir el medio de transporte por el autocar. Por su parte, Bergkamp continuó con su vida: se hizo un nombre en el Ajax y el fútbol holandés, firmó como una estrella por el Inter de Milán y fue llamado a filas de la selección holandesa para la Copa del Mundo de 1994. Hasta ese momento no había tenido problemas a la hora de viajar en avión para los múltiples desplazamientos de su equipo en competición europea. Pero llegó el mundial, y durante un vuelo en avión en los Estados Unidos, la tripulación estaba teniendo algún problema para tomar tierra y uno de los periodistas que iba a bordo tuvo un ataque de pánico y comenzó a gritar que había una bomba en el avión. Todo el pasaje se asustó y desde aquel día Dennis tomó la decisión de no volver a subir a uno de esos cacharros nunca más en su vida. Ya había vivido de cerca demasiados momentos difíciles.
A partir de entonces, Bergkamp obligó a incluir en sus contratos una claúsula por la cuál se negaba a viajar en avión, y con el Arsenal normalmente se quedaba en casa cuando el club debía disputar algún partido de competición europea fuera de Inglaterra. De hecho, tras su fichaje por el club londinense, el jugador fue en coche desde Milán a Londres cruzando el Eurostar en un kilométrico viaje. A pesar de eso, muchas veces salía varios días antes que sus compañeros para poder llegar en coche al país en el que debía disputarse el encuentro, aunque después debía perderse el siguiente partido liguero para poder acometer el largo viaje de vuelta. El vicepresidente del Arsenal, David Dein, explicaba la reacción de Dennis al subirse a un avión de la siguiente manera: "se le agarrotaban los dedos en el posabrazos y le caía un sudor frío. Es una pesadilla que le impide quedarse sentado en un avión, aunque esté detenido".
Bergkamp nunca ocultó su fobia, era algo superior a sus fuerzas y que le provocaba ansiedad sólo con el hecho de pensar en que debía subirse a un avión. Sn embargo, esa enfermedad no fue inconveniente para que el holandés llegase mucho más alto de lo que la mayoría de los jugadores de su generación han llegado.
Si hay una persona a la que poco le habría trastocado los planes el cierre de los aeropuertos, esa sería el holandés Dennis Bergkamp. Si por algo era conocido -además de por su genialidad con el balón en los piés- es por su gran fobia a los aviones. Habitualmente solía perderse los partidos europeos de sus clubes para no viajar en avión e incluso con motivo del mundial USA'94 partió días antes que sus compañeros de selección para llegar al nuevo continente en barco. Lo que quizás no sea tan conocido es el motivo por el que Bergkamp tiene ese pánico a despegar los pies del suelo.
Según los especialistas el miedo a volar puede estar causado por tres factores: haber vivido una experiencia traumática a bordo, interiorizar demasiado las informaciones periodísticas sobre casos parecidos o el formar parte de una familia aprensiva donde el volar ha sido tomado como un modelo de peligro y riesgo. En el caso de Dennis Bergkamp, al poco de llegar al primer equipo del Ajax, fue testigo cercano de una tragedia que seguramente se le quedó grabada en la memoria para siempre.
A finales de la temporada 1988-89, se iba a celebrar en Surinam un encuentro amistoso entre Holanda y la antigua colonia neerlandesa. Desde los Países Bajos estaba previsto que la mayoría de los jugadores de origen surinamés que disputaban la Eredivisie viajaran al partido, aunque a última hora algunos como Frank Rijkaard o Ruud Gullit declinaron la propuesta para centrarse en los partidos del Milan; de la misma manera compañeros de Bergkamp en el Ajax como Aaron Winter o Brian Roy tampoco viajaron, aunque sí lo hizo Lloyd Doesburg, veterano guardameta de los ajacied. Debido a la espesa niebla en la madrugada del 7 de junio de 1989 el avión tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia, estrellándose contra varios árboles y falleciendo todos los integrantes de la expedición menos uno de los futbolistas: Sigi Lens del Fortuna Sittard (el nombre de su club "Fortuna" fue providencial ya que otro compañero suyo se libró del accidente al negarse a viajar a última hora por discrepancias con el cuerpo técnico).
Debido a la tragedia, la psicosis se apoderó del deporte holandés y varias delegaciones de combinados holandeses que debían tomar vuelos suspendieron sus respectivos viajes para sustituir el medio de transporte por el autocar. Por su parte, Bergkamp continuó con su vida: se hizo un nombre en el Ajax y el fútbol holandés, firmó como una estrella por el Inter de Milán y fue llamado a filas de la selección holandesa para la Copa del Mundo de 1994. Hasta ese momento no había tenido problemas a la hora de viajar en avión para los múltiples desplazamientos de su equipo en competición europea. Pero llegó el mundial, y durante un vuelo en avión en los Estados Unidos, la tripulación estaba teniendo algún problema para tomar tierra y uno de los periodistas que iba a bordo tuvo un ataque de pánico y comenzó a gritar que había una bomba en el avión. Todo el pasaje se asustó y desde aquel día Dennis tomó la decisión de no volver a subir a uno de esos cacharros nunca más en su vida. Ya había vivido de cerca demasiados momentos difíciles.
A partir de entonces, Bergkamp obligó a incluir en sus contratos una claúsula por la cuál se negaba a viajar en avión, y con el Arsenal normalmente se quedaba en casa cuando el club debía disputar algún partido de competición europea fuera de Inglaterra. De hecho, tras su fichaje por el club londinense, el jugador fue en coche desde Milán a Londres cruzando el Eurostar en un kilométrico viaje. A pesar de eso, muchas veces salía varios días antes que sus compañeros para poder llegar en coche al país en el que debía disputarse el encuentro, aunque después debía perderse el siguiente partido liguero para poder acometer el largo viaje de vuelta. El vicepresidente del Arsenal, David Dein, explicaba la reacción de Dennis al subirse a un avión de la siguiente manera: "se le agarrotaban los dedos en el posabrazos y le caía un sudor frío. Es una pesadilla que le impide quedarse sentado en un avión, aunque esté detenido".
Bergkamp nunca ocultó su fobia, era algo superior a sus fuerzas y que le provocaba ansiedad sólo con el hecho de pensar en que debía subirse a un avión. Sn embargo, esa enfermedad no fue inconveniente para que el holandés llegase mucho más alto de lo que la mayoría de los jugadores de su generación han llegado.
De Bergkamp siempre me acuerdo de su gol a argentina en el mundial de Francia. Que bien paró aquella piedra y con que tranquilidad recortó.
Por cierto, buen artículo. Sabía que no cogía avión pero la verdad es que nunca me pregunté por qué.
Menudo crack Bergkamp, junto a Richard "Witsge"(o como se escriba), uno de los mejores de su generación...
el portero de la izquierda de la foto Stanley Menzo, Lloyd Doesburg es el de la derecha
Muy bueno el artículo, sabia que tenia fobia a los aviones pero nunca lo supe ni me interes por ello como Iñaki, pero a pesar de todo llego a ser uno de los mejores de su época.